Imagen superior: Rana verde común (Pelophylax perezi); Arroyo de Las Piñuelas (Fregenal de La Sierra)
Imagen inferior: Ranita meridional (Hyla meridionalis); La Fontanita (Montánchez)
Los anfibios, bioindicadores de polución y el Calentamiento Global
Hace algo más de 300 millones de
años, unos peces de una antiquísima estirpe extinta – con excepción de los
celacantos actuales- consigue salir del agua y arrastrarse a duras penas con
sus aletas por el barro. Los millones de años de evolución transformaron las
aletas en patas rudimentarias y lograron que estos seres pudieran captar el
oxígeno atmosférico, aunque quedarían relegados a vivir en zonas pantanosas
para poder reproducirse. Hoy día, los
anfibios modernos viven sobre todo en los trópicos pero nuestras latitudes
también cuentan con varias especies. Su dependencia de la humedad, la
temperatura y su delicada y permeable piel les hacen muy sensibles a las
fluctuaciones provocadas por el Cambio Climático y la contaminación ambiental.
Se trata de animalitos que nos advierten, pues, de nuestros excesos. Os
propongo que os acerquéis a ellos sin prejuicios, por poco atractivos para la
vista que parezcan… merece la pena. Mi mayor ilusión cuando era niño era
atrapar las ágiles ranas de los estanques, abrevaderos y pequeños arroyos que
circundaban la barriada de Santa Ana en mi Fregenal natal… sólo quería tener en
mi mano aquel ser porque me parecían maravillosas su anatomía y agilidad… Quizá
por ello las charcas ejercen tanta fascinación entre los que somos amantes de
la naturaleza
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