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domingo, 12 de julio de 2015

Juveniles de aves haciendo frente al verano



El juvenil del picogordo (Cocothraustes cocothraustes) carece del plumaje color café con leche del adulto y posee, en la parte inferior, manchas que se asemejan a escamas, sin embargo, se le puede reconocer por su tamaño, claramente mayor que el de un verderón o un gorrión, y por su gran pico, especializado en abrir semillas duras con las que otros pájaros granívoros no podrían. En este escarpe donde alternan el olivar y el alcornocal de sierra, en Montánchez (Cáceres), se reproduce todos los años, siendo uno de los habituales del bebedero cuando el calor aprieta.



El joven pinzón vulgar (Fringuilla coelebs) se asemeja a las hembras adultas, de un color muy apagado en contraste con el rico colorido del plumaje del macho. Aquí tenemos un ejemplar que se acerca a beber hoy, 12 de julio de 2015, al bebedero de Montánchez, acompañado de gorriones, herrerillos, carboneros, escribanos soteños y montesinos y del grande pero fantasmagórico picogordo, su pariente, pues ambos pertenecen a la familia de los fringílidos; aves granívoras que alimentan a sus pollos con una especie de papilla hecha con brotes y semillas que les regurgitan.

Y este joven herrerillo común (Cyanister caeruleus) ya demuestra las dotes acrobáticas propias de la familia a la que pertenece, los páridos, inclinándose hacia el borde del bebedero para echar un trago. Si tienen suerte, estas aves, todas nacidas esta primavera, vivirán unos cinco años... toda una vida para ellas.¡ Buena suerte!