El más pequeño de los pájaros carpinteros europeos, el pico menor (Dendrocopos minor), era una especie de difícil detección, o al menos, así parecían confirmarlo las escasas citas de muchos observadores, hasta que a partir de finales de la década de los noventa, su presencia comenzó a ser registrada con mayor regularidad, no sólo en los hábitats a priori más genuinos (rebollares, castañares y otras formaciones caducifolias), sino también en las dehesas del suroeste de Badajoz y demás hábitats similares de la Baja Extremadura. Su presencia también se constata en huertos y el paisaje mosaico característico del extrarradio de los pueblos, donde la abundancia de árboles frutales semiabandonados, con muchas ramas y troncos carcomidos donde buscar invertebrados, parece favorecer a la especie. Este ejemplar daba la impresión de ser una hembra con su pío plumaje, no obstante, si observamos con atención su píleo podremos comprobar cómo conserva algunas plumas rojas que caracterizan al macho. Supongo que en estas fechas de mediados de agosto, cuando fue tomada la fotografía, se encuentran en plena muda. Después de varios años visitando este bebedero de Montánchez (Cáceres) sólo en esta ocasión he logrado capturar con la cámara a este duendecillo alado del bosque.