Tricholompsis rutilans sobre un alcornoque en
Se acerca la otoñada y con ella el tiempo de los hongos, maravillosos seres vivos sin los cuales, gracias a las asociaciones simbiótiocas que llevan a cabo con los árboles, nuestras masas forestales no podrían sobrevivir, aunque en este caso se trate de una especie parásita
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