Este molino,
paralelo al cauce del Arroyo de La
Parrilla en Fregenal, es uno de los catorce de estas
infraestructuras que aparecen en el camino paralelo a la carretera que conduce
al Santuario de Los Remedios. Dejaron de funcionar a finales de los años
cincuenta, cuando diposiciones del Estado franquista prohibieron las moliendas.
Tuvieron un papel importante durante los primeros años posteriores a la Guerra Civil
(1936-1939), en tanto en ellos se molturaba cereal destinado a la producción de
harinas para hacer pan, burlando o tratando de burlar las directrices marcadas
por cauces gubernamentales, las cuales prohibían la producción y distribución
de alimentos como el pan al margen de su control. Nos contaba un lugareño que,
cerca del camino, un niño o adolescente, denominado “gancho”, se encargaba de
avisar al molinero si se acercaba la Guardia Civil mediante un silbido.
Junto al
molino, aparece el canal o arcabudera que conducía el agua hasta las piedras
para molturar el grano y un embalsamiento, o aljibe, para almacenar el agua, a
fin de que estuviera siempre disponible para mover el rodezno que permitía
trabajar a las piedras. Esto era imprescindible si tenemos en cuenta el acusado
régimen pluvial de nuestros arroyos – se secan durante buena parte del año-.
En la imagen
observamos el cubo, que era la estructura donde llegaba el agua desde el
canal antes de que moviera las piedras
para moler. La casa anexa era el lugar habitual de residencia del molinero y se
levanta con los materiales habituales de la arquitectura tradicional de la zona:
piedra, ladrillo, cal en la fachada y teja árabe en el tejado a dos aguas.
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