El sapo común (Bufo
bufo) exhibe a ambos lados de la cabeza las llamadas glándulas parotoideas,
las cuales albergan compuestos tóxicos como la bufotoxina, responsable de la
leve irritación que puede provocar la piel del animal y del mal sabor que deja
en el paladar de los depredadores. En cualquier caso, estos animales son
completamente inofensivos para el hombre; no hay ningún problema al
manipularlos; la única y simple precaución que debemos tener es la de lavarnos
las manos tras cogerlos. Muchos hortelanos apuntan lo útil que resulta que
varios de estos animalitos merodeen en la huerta, ya que darán buena cuenta de
los invertebrados perjudiciales para tomates, pimientos, acelgas y demás
cultivos. No insto a nadie a que los coja, pero sí aseguro que no
ocurre absolutamente nada si se hace... Aunque a ciertas personas les parezcan
insoportablemente repulsivos, hagamos un esfuerzo por transmitir buenos sentimientos a los niños enseñándoles a respetarlos, de ese modo, aprenderán que en
esta vida no sólo lo bello -visualmente hablando- es merecedor de respeto y
admiración, una buena manera de que forjen una personalidad donde sepan mirar
más allá de la fachada.
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