Este ejemplar
de ranita meridional (Hyla meridionalis) apareció en el aljibe de La Fontanita (Montánchez),
lugar donde halló refugio de los calores veraniegos. Los discos adhesivos de
sus dedos los utiliza para trepar por la vegetación palustre de las zonas
húmedas donde habita, si bien la podemos hallar en las charcas temporales de
las dehesas, donde se acerca para reproducirse desde finales de invierno. Tiene un color verdoso oscuro y un ligero moteado en la piel,
diferente a la librea verde hierba habitual en la especie.
Junto con la muy similar ranita de San Antón (Hyla mollerii), son
las únicas representantes europeas de una familia de anfibios arborícolas muy
extendida en los trópicos, donde la selva húmeda les proporciona el hábitat
perfecto.
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