Hoy, 9 de abril, las temperaturas han subido varios grados, lo que unido a las importantes lluvias de esta temporada, contribuye a que los prados de las faldas de la Sierra de San Serván se conviertan en una explosión de vida. Estos espacios se hallan en barbecho o posío, desarrollándose en ellos plantas como la viborera, la cebolla albarrana de blancas flores, el ajo silvestre con su tenue rosado, además de cardos y otras especies. Anduve con el objeto de observar y fotografiar más lepidópteros - mariposas, si se prefiere un término más coloquial- y tras caminar un rato sin ningún ejemplar a la vista, aparecen las bonitas colias amarillas y el pequeño ícaro, hasta que me encontré con la grata sorpresa de dos ejemplares de Papilio machaon, una de las mariposas más grandes y vistosas de Europa, enfrentándose en el aire para después dedicarse a libar el néctar de los cardos.
Los cantos de varios machos de codorniz (Coturnix coturnix) son el signo más inequívoco de que nos encontramos en un espacio agrario en primavera y que, afortunadamente, la zona en cuestión no se halla muy castigada con el empleo de fitosanitarios y demás venenos, pues estas pequeñas gallináceas son muy susceptibles a ellos. El delicioso "guit güi güit" se repetía muy cerca de mi; los ejemplares se mandaban señales de contacto pero es prácticamente imposible descubrirlos camuflados con su críptico plumaje. No obstante, un adulto levantó el vuelo muy cerca, desplazándose con el característico zumbido rectilíneo de los fasiánidos hasta ocultarse de nuevo. Un grupo de jilgueros (Carduelis carduelis) merodeaba cerca y los cantos del triguero (Emberiza calandra) y la cogujada común (Galerida cristata) animaban el ambiente. El cazamariposas se llenaba fortuitamente de pequeños coleópteros y arañas y entre la hierba se dejaban ver los grumos de espuma producidos por las ninfas de las cigarrillas, mientras el canto del buitrón (Cisticola juncidis) se dejaba oir
No hay comentarios:
Publicar un comentario