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domingo, 20 de octubre de 2013

Hongos tras aguacero otoñal

 Pisolictus tinctorius es un hongo común en diferentes hábitats y -al igual que otras especies- lleva a cabo una función crucial  para el mantenimiento de nuestros espacios forestales, pues establece una simbiosis con los árboles de nuestras dehesas - la micorriza- que contribuye a la salud del espacio forestal. Estos ejemplares los hallamos en las dehesas circundantes del paraje La Parra (Fregenal de La Sierra)
 Tras los fuertes aguaceros de los dos últimos días el otoño ya se hace notar con el verdor en dehesas y campiñas y las bellotas a punto de madurar
 Boletus radicans es un hongo que no falta en distintos parajes que hallamos entre Segura de León y Cabeza La Vaca (Badajoz); donde las peculiaridades microclimáticas y las distintas especies forestales - encinas, alcornoques y castaños- garantizan que medren muchas especies. Esta se reconoce por su tonalidad blanquecina y sus poros y tubos verdosos. No es tóxica pero su sabor amargo hace que no se la incluya entre las  comestibles. Ya sabéis que entre los integrantes del género Boletus no hay especies realmente peligrosas - con excepción de Boletus satanas y aun así su ingestión no tiene consecuencias fatales- pero extremad la precaución a la hora de consumir cualquier seta. Los boletus tienen poros y tubos -no láminas como en la mayoría de las setas- por ello, cuando observamos la cara inferior del sombrero, nos recuerda algo parecido a una esponja. Todos estos hongos son fundamentales para el equilibrio ecológico de nuestras dehesas y bosques; respetadlos y llenaos de fascinación al contemplarlos y fotografiarlos
 Boletus luridus es bastante común y se caracteriza por sus poros y pie rojizos. El pie, además, se cubre de una característica redecilla llamada retículo que diferencia a esta especie el otro boleto rojizo muy común y también frecuente en los encinares del suroeste pacense: el Boletus erythropus. Ambos son comestibles y el hecho de que su carne cambie rápidamente de color al contacto con el aire  -del amarillento al azul- no quiere en modo alguno decir que la especie sea venenosa, como asegura el saber popular. Estos ejemplares se hallaban en un encinar de Segura de León (Badajoz)
Armillaria tabescens en un hongo que crece en ramilletes parasitando a los árboles de la dehesa

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